Los críticos ubican a Soriano en el centro equidistante entre Borges, Cortazar y Arlt. Es injusto hablar de un escritor haciendo referencia a otros pero a la vez inevitable, creo que esta definición se basa en el hecho de que Soriano no se interesa tanto por hacer gala de su erudición sino que por momentos sus relatos parecen pura acción narrada casi cinematográficamente. El escritor sostuvo varias veces que para él escribir no era un asunto pesado y que trataba de generarse satisfacción antes que nada, escucharlo hablar es encontrarse con un tipo que no se cree mucho eso de ser escritor y que no considera que sus opiniones sean más válidas que las de un personaje de barrio.
En este libro ubica a un cónsul argentino en un pobre país africano (inventado) en medio de la guerra de Las Malvinas, un triste funcionario que sólo ansía volver a su Buenos Aires al que ya no reconocería. Este tipo es la patria y como tal debe (supone él) debe tener actos de arrojo que estén a la altura de las circunstancias, pero la solemnidad contrasta con su realidad patética: aún no le giran su sueldo y ahora se encuentra excluido de la zona de embajadas porque su patria agredió al Imperio.
Es brillante como el escritor logra transmitir ese descreído patriotismo que alcanza al ser rioplatense (supongo que no somos tan distintos de este lado del Plata).
Es brillante como el escritor logra transmitir ese descreído patriotismo que alcanza al ser rioplatense (supongo que no somos tan distintos de este lado del Plata).
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