Si me vienen ganas de cagar debo aguantarme: los baños son un asco. Por lo tanto cuando programo mi despertador preveo que mi intestino tenga tiempo para desahogarse (siempre he sido un relojito).
Ayer no tuve el tiempo suficiente para mi meditación matutina. Ya en el liceo, al tomar mi primer mate de la mañana sentí un reflejo en el estomago y supe que no podría. (Maldito reloj interno).
El baño de profesores no es muy distinto del resto del edificio, lejos de sus días de esplendor y con muchos años de decadencia encima.
Primer paso: Verificar que ningún alumno se percate de mi apretura e "ir a buscar la libreta".
Segundo paso: Rezar porque el baño esté desocupado.
Paso tres: Rezar porque a esta hora el baño todavía este en condiciones mínimas (la palabra digno creo que sobra ).
!!! Oh dioses !!!!!
Paso cuatro: Encontrar papel higiénico sería todo un detalle.
Con movimientos rápidos y precisos mi ninja interior hace lo posible por resolver la misión.
No daré más detalles pero debo decir que constatar que en el dispensador todavía quedaban restos de jabón líquido casi me pone a llorar.
http://www.youtube.com/watch?v=WmdQFdZy534&feature=related
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